Las encías enrojecidas e irritadas alrededor de los dientes son algunos de los primeros signos de la enfermedad de las encías, la gingivitis.

Causas de la inflamación de las encías

¿Tienes las encías enrojecidas, adoloridas o inflamadas? ¿Has notado sangre en el lavamanos después de cepillarte o usar hilo dental? Las encías irritadas tienen una causa principal. A medida que la placa se acumula en los dientes, se activa la respuesta inflamatoria del organismo. Esto hace que las encías pasen de estar sanas, rosadas y firmes a irritarse y enrojecerse. Las encías inflamadas e irritadas sangran con facilidad cuando se las cepilla, se usa el hilo dental o se las toca de algún otro modo. Si bien es frecuente, no ignores los signos de advertencia. Encontrar la solución para las encías inflamadas puede ser tan fácil como mejorar un poco tu rutina de salud dental.

La causa más frecuente de irritación y enrojecimiento de las encías son hábitos de cuidado oral irregulares en el hogar. No cepillarse ni usar el hilo dental de manera regular o correcta permite que la comida y las bacterias se alojen entre los dientes y las encías, lo que crea un ambiente para que las bacterias proliferen y se conviertan en placa dental. Esta acumulación de placa en la línea de la encía es lo que causa la irritación. Si no se elimina con una rutina constante, sana y limpia de la boca, la placa puede endurecerse y convertirse en sarro, que solo puede eliminarse con herramientas dentales profesionales.

Tratamiento de la inflamación de las encías

Si bien la gingivitis es reversible, se la debe tomar en serio y actuar en consecuencia. Si no se trata, puede avanzar a una etapa avanzada de la enfermedad de las encías llamada “periodontitis”, que es una de las principales causas de la pérdida de dientes en los adultos.

Ilustración de una boca abierta
Encías y enfermedad de las encías
4 verdades que protegen tus encías (y dientes)

Incluso cuando las encías sangran y están inflamadas, puedes revertir la infección bacteriana en su fase inicial, para lo cual simplemente debes mejorar la higiene bucal. Enjuágate con un enjuague bucal antiséptico dos veces al día, sigue cepillándote suavemente dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves o eléctrico, y usa hilo dental una vez al día. Además, programa visitas regulares al dentista para eliminar la placa y el sarro.

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