Preguntas frecuentes

Una capa delgada de bacterias, conocida como biocapa, puede pegarse prácticamente sobre cualquier superficie. Por eso, al despertar sientes como si tus encías y tus dientes estuvieran recubiertos de baba. La presencia de la biocapa es normal, incluso si te cepillas, usas hilo dental y te enjuagas con un enjuague bucal antiséptico. Sin embargo, si no eliminas la biocapa diariamente, es posible que se forme y se desarrolle la placa dental.

La placa dental, que puede provocar la enfermedad de las encías, está compuesta por algunas bacterias dañinas (del tipo que crece en el azúcar que queda en las encías y los dientes, y se transforma en ácido que deteriora los dientes) y de algunas bacterias inofensivas (del tipo que hace que la biocapa normal sea menos tentadora para las bacterias hambrientas de ácido).

Una persona con un cuidado dental extremadamente minucioso, que se cepilla, usa hilo dental y se enjuaga a diario, puede controlar y reducir el tamaño de la biocapa, y, eventualmente, lograr que esté más sana al incrementar la cantidad de bacterias inofensivas que esta contiene. Sin embargo, si limpias y enjuagas tus encías y dientes con una frecuencia menor, la biocapa (que en general tiene un color amarillo pálido) puede endurecerse, convertirse en sarro y aumentar su grosor. Si este es el caso, solo el dentista puede eliminarla con herramientas profesionales. No abandones la rutina de enjuague para mantener la biocapa en el estado más saludable posible.

Si estás preocupado por tus encías y empiezas a investigar, tal vez te resulten confusos los diversos términos médicos técnicos que se utilizan para referirse a lo mismo: la enfermedad de las encías. A continuación se explica la relación entre los términos. El término enfermedad de las encías es más general y se usa para describir la infección bacteriana que tienes en la boca. Los términos “gingivitis” y “periodontitis” se usan para describir la enfermedad de las encías, pero no son intercambiables y no significan exactamente lo mismo. El término “gingivitis” hace referencia al estado inicial, leve y reversible de la enfermedad de las encías, que se caracteriza por encías rojas e inflamadas que sangran con facilidad al cepillarse o usar hilo dental. Si la gingivitis no se trata mediante un cuidado bucal mejor, puede avanzar a un estado más grave y no reversible que se denomina periodontitis, que ataca las encías, el hueso y el tejido conjuntivo que mantiene los dientes en su lugar, y que, eventualmente, provoca que estos se aflojen hasta llegar a caerse. La enfermedad de las encías es la principal causa de la caída de los dientes. Por este motivo, es mejor tratar los problemas de encías apenas aparecen al incorporar una rutina de enjuague infalible.

A medida que envejecemos, resulta cada vez más frecuente ver una gota o dos de sangre en el lavamanos después de cepillarnos o usar hilo dental; es tan frecuente que muchos nos convencemos de que no es importante. Sin embargo, el hecho de que las encías sangren no es normal ni sano, incluso durante una limpieza realizada por el dentista. Se trata de un signo de gingivitis, la enfermedad de las encías en estado inicial, probablemente acompañado de otras alertas rojas que en general se pasan por alto, como encías inflamadas, rojas e irritadas. Millones de adultos padecen alguna forma de la enfermedad de las encías; sin embargo, solo una parte de ellos lo percibe porque el dolor de las encías no es un síntoma que aparezca en las etapas iniciales. La buena noticia: la enfermedad de las encías en estado inicial es reversible si se adoptan mejores cuidados bucales diarios y se realizan más consultas al dentista con frecuencia para eliminar la placa y el sarro con herramientas profesionales. Pero si se la ignora, la sangre en el lavamanos puede avanzar y convertirse en una enfermedad grave de las encías: la periodontitis, que actúa en las encías, erosiona la mandíbula y es el principal motivo por el que los dientes se caen. Si detectaste pequeñas gotas de sangre, no esperes otro día para empezar a mejorar tu rutina de cepillado, hilo dental y enjuague.

Has reconocido uno de los signos más delatores de la enfermedad de las encías en estado intermedio. No lo ignores. Si notas que las encías y los huesos sobresalen de los dientes y que la parte inferior de los dientes se hace más visible, tus encías están retrocediendo. En general, este proceso se llama “retracción de las encías” y, si se produce, las raíces de los dientes quedan expuestas a bacterias dañinas y tu boca es sensible a una gran variedad de problemas de salud. Si también observas que las encías están rojas e inflamadas y sangran al cepillarlas, puede deberse a la enfermedad de las encías. Si no se trata, el retroceso de las encías puede tener consecuencias graves e irreversibles, como la pérdida de dentina, que es el tejido óseo duro y denso que conforma la masa de un diente y que se encuentra debajo del esmalte y mantiene a los dientes en su lugar. Además, las raíces expuestas pueden ponerse más sensibles, doler o infectarse.

Se recomienda usar el enjuague bucal LISTERINE^® dos veces al día, como se indica. La Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) informa que la combinación de los componentes del enjuague bucal LISTERINE^® es “generalmente reconocida como segura y efectiva”, y que el enjuague bucal LISTERINE^® es extremadamente efectivo para matar los gérmenes que se encuentran sobre el borde de las encías, al igual que para reducir la película pegajosa de placa y la enfermedad de las encías (gingivitis) en estado inicial que, si no se trata, puede alcanzar el estado avanzado grave (a esto se debe la sensación de electricidad al enjuagarte). Usa el enjuague bucal LISTERINE^® dos veces al día para obtener una protección de 24 horas contra los gérmenes que causan la enfermedad de las encías.

Se recomienda usar el enjuague bucal LISTERINE^® dos veces al día, como se indica. La combinación de los ingredientes del enjuague bucal antiséptico LISTERINE^® es extremadamente efectiva para matar los gérmenes que se encuentran sobre el borde de las encías, al igual que para reducir la película pegajosa de placa y la enfermedad de las encías (gingivitis) en estado inicial que, si no se trata, puede avanzar hasta alcanzar el estado avanzado grave (a esto se debe la sensación de electricidad al enjuagarte). Usa el enjuague bucal LISTERINE^® dos veces al día para obtener una protección de 24 horas contra los gérmenes que causan la enfermedad de las encías.

Sí, el mal aliento persistente puede ser producto de otras afecciones médicas. Los problemas comunes, como el reflujo ácido y la acidez estomacal podrían dejar un mal sabor en la boca. En otros casos, la acumulación de mucosidad y bacterias de una infección sinusal podría ser la causa del problema. El aliento ligeramente a fruta que no es totalmente agradable u ofensivo es una señal reveladora de la diabetes, mientras que un olor fuerte a amoníaco se ha relacionado con la enfermedad renal.

Las enfermedades periodontales, como la gingivitis, pueden causar mal aliento debido a la presencia de un exceso de bacterias en la boca. Y la sequedad en la boca, que causa una disminución de la saliva, hace que tu boca sea incapaz de eliminar naturalmente las bacterias y las partículas de comida de los dientes y las encías antes de que se rompan y comiencen a descomponerse.

Si te preocupa que tu mal aliento pueda ser una señal de un problema más grande, o si no eres capaz de controlarlo por tu cuenta mediante el cepillado, el uso del hilo dental y el enjuague, consulta a tu dentista.

Cuando se trata de los hábitos que pueden causar el mal aliento, solo unos pocos se ubican por encima del consumo de tabaco. Tan solo el hecho de fumar, sin mencionar los riesgos de salud asociados, es suficiente para dejar la boca con un sabor y un olor similares al de un cenicero. Llevar una dieta con alto contenido de azúcar tampoco ayuda; las bacterias naturales de la boca se darán un festín del exceso de azúcares y decorarán tus dientes y encías con la acumulación de bacterias. Las dietas que eliminan los hidratos de carbono a menudo pueden duplicar tus posibilidades de tener mal aliento, porque tu cuerpo aumenta su producción de amoníaco para tratar de metabolizar los alimentos. Las personas que comen apuradas o saltean las comidas regularmente corren un tipo de riesgo diferente: masticar ayuda a estimular la saliva, lo que ayuda a evitar que tu boca se seque y huela mal. Cuando dejas de comer por largos períodos, tu aliento puede comenzar a oler mal. La sequedad en la boca también afecta a las personas que regularmente respiran por la boca, lo que los pone en una posición nada envidiable de tener mal aliento. Por último, las personas que están demasiado estresadas pueden terminar teniendo un aliento desagradable.

Sí y no. Dado que el mal aliento a menudo es causado por la sequedad en la boca, masticar chicle sin azúcar puede ser una excelente manera de hacer que esas glándulas salivales funcionen. No solo ayudará a eliminar las bacterias, si no que la saliva también ayuda a conducir las partículas de comida no deseadas fuera de la boca antes de que puedan descomponerse en la boca.

Sin embargo, los chicles, los caramelos y las mentas que están cargados de azúcar no ayudarán. Pueden ocultar el olor, pero no harán mucho para eliminar realmente las bacterias que causan tu mal aliento. Esto se debe a que el azúcar se pega en los dientes y en las encías donde ambos se pueden descomponer para causar más olor y aumentar la acumulación de placa. Una mayor cantidad de placa equivale aún más al mal aliento.

Tu mejor opción es cepillarte, usar hilo dental y enjuagarte dos veces por día. Esto garantizará que tu boca esté óptimamente limpia.

A menos que te enjuagues la boca con un ajo y una variedad con sabor a queso azul, ningún enjuague bucal hará que tu aliento apeste. De hecho, los estudios demuestran que el enjuague bucal antiséptico LISTERINE^® incluso puede ayudar a que la saliva fluya más rápido, y evite la sequedad en la boca (que está relacionada con el mal aliento). Para obtener los mejores resultados, usa enjuague bucal LISTERINE^® dos veces por día, según lo indicado, a fin de obtener una protección de 24 horas contra las bacterias.

La sensibilidad dental suele ser un dolor penetrante, intermitente y agudo en respuesta al aire frío o a los alimentos y las bebidas que están particularmente calientes o fríos, o que son muy dulces o amargos. Si sientes un dolor en la boca que es más fuerte y constante, te recomendamos que consultes con un dentista para estar seguro de que lo que tienes no es una afección más grave o crónica, como una caries, enfermedad de las encías o un diente roto.

El dolor de dientes sensibles aparece cuando el esmalte o el cemento dental que recubre la zona blanda de la raíz se desgasta o cuando las encías se retraen y la dentina queda expuesta. En la dentina hay túbulos cilíndricos que llegan hasta el centro del diente (o la “pulpa”), donde se encuentran los nervios. Cuando la superficie de la dentina queda expuesta, el fluido dentinario fluye hacia afuera de la pulpa. Si algún estímulo externo (como una bebida o alimento caliente o frío, o dulce o amargo) perturba este flujo, se envía una señal a los nervios que se siente como un dolor.

A medida que las encías se retraen, los túbulos de la dentina quedan expuestos y los dientes quedan menos protegidos a estas sustancias y sensaciones de temperatura. Si bien es posible que los dientes sensibles no se vean distintos de los dientes saludables, las encías sensibles se tornarán rojas y, con frecuencia, sangrarán sin que se las toque, como cuando te cepillas. Además, a diferencia de los dientes sensibles, es posible que las encías sensibles no provoquen el mismo tipo de malestar. El problema es que, mientras más tiempo pases sin atender el problema, peor será para tus dientes y tu salud bucal, así que procura consultar con tu dentista lo antes posible si sientes las encías sensibles.

En una boca saludable, existen pequeños túbulos dentro de la dentina (la parte blanda dentro del diente) que están recubiertos por las encías, el cemento dental (una capa más dura de tejido), o el esmalte. Estos túbulos dentinarios se extienden hasta los nervios y, si el esmalte, el cemento dental o las encías comienzan a desgastarse, los túbulos quedan abiertos (expuestos), de manera tal que algunos estímulos, como cambios de temperatura en la boca por una sopa caliente, un helado o, incluso, aire frío, pueden pasar por ellos hasta los nervios. Esto provoca el dolor punzante que conocemos como “sensibilidad dental”. Obtén más información sobre las causas de la sensibilidad dental.

El blanqueamiento de dientes puede realizarse de dos maneras: con el uso de productos blanqueadores y productos no blanqueadores, y cualquiera puede provocar sensibilidad. Esto no significa que no deberías blanquearte los dientes, sino simplemente que debes estar al tanto de los efectos de los tratamientos de blanqueamiento y usarlos en conjunto con una rutina de cuidado oral adecuada.

LISTERINE^® SENSITIVITY con tecnología CRYSTAL BLOCK™ actúa de una forma distinta a la mayoría de los dentífricos para la sensibilidad. Nuestra tecnología CRYSTAL BLOCK™ contiene oxalato de potasio, un ingrediente que se une al calcio en la saliva y produce la formación de cristales de oxalato de calcio dentro de los túbulos dentinarios expuestos. Así, con cada enjuague se forman cristales que se van acumulando dentro de los túbulos abiertos y bloquean el 97% de los túbulos en tan solo 6 enjuagues* para brindar reparación diaria del daño, mediante la creación de una poderosa barrera para protección continua contra la sensibilidad.**

LISTERINE^® SENSITIVITY comienza a funcionar de inmediato***, y con cada enjuague se acumulan cristales que brindan protección profunda, estable y duradera. A medida que los cristales se acumulan, el dolor en los dientes comienza a desaparecer. Esto suele suceder en 2 semanas, con resultados que perduran entre enjuagues.** La oclusión de los túbulos perdura más que la oclusión que ofrecen dentífricos líderes en tratamiento para la sensibilidad que también bloquean túbulos; incluso después de desafíos mecánicos y ácidos.*

*En estudios de laboratorio

**Con uso continuo

***Alivio en 2 semanas con uso continuo